¿Cómo saber si estoy frente a un simple adolescente o si mi hijo está metido en drogas?
Pantalones a media cadera, minifaldas, tacones, playeras con diseños de dragones y vampiros. Uñas pintadas de negro, morado o naranja, música a todo volumen con canciones que se repiten una y otra y otra vez, discusiones frecuentes, malos entendidos y fiestas sin parar.
Pantalones a media cadera, minifaldas, tacones, playeras con diseños de dragones y vampiros. Uñas pintadas de negro, morado o naranja, música a todo volumen con canciones que se repiten una y otra y otra vez, discusiones frecuentes, malos entendidos y fiestas sin parar. Y yo lo único que me puedo imaginar es que mi hijo o mi hija ya está metido en las drogas, pero la verdad es que no lo sé, no sé cómo hablar con él o ella y tengo miedo.
Es importante saber que las personas cambian, en particular los jóvenes y los adolescentes. Ellos buscan su identidad, es por eso que a los padres nos cuestionan y no les gusta cómo pensamos; parecería que están en contra de nosotros todo el tiempo, nos tachan de rucos y pasados de moda. Pero en realidad lo que está pasando es que ellos solo están reafirmándose. Todo esto es parte de su crecimiento: buscan quiénes son y esta etapa es normal.
¿Cuándo tener cuidado porque mi hijo o hija podrían experimentar con drogas?
Cuando estas discusiones pasan de tono, es decir, ocurren todos los días, por cualquier cosa, con gritos o amenazas.
Una de las características de la drogadicción ocurre cuando el joven comienza a tener problemas para funcionar con los miembros de la familia y en sus círculos cotidianos (hogar, escuela, trabajo), porque ahora lo más importante para él es la droga.
Ya nada le interesa, está todo el tiempo enojado o puede estar deprimido. Hay cambios en sus rutinas, deja de ver a sus amigos, asistir a la escuela o al trabajo, dormir, comer. Se aísla o puede tener alucinaciones auditivas o visuales.
¿Qué puedo hacer?
Si descubres que tu hijo consume drogas, no te precipites, ten calma. Lo primero que tienes que hacer es hablar con un especialista e informarte. Junto con él, deberás orientar a tu hijo sobre las alternativas que tiene y así canalizarlo a la opción de tratamiento más conveniente para que sea atendido y supere el problema.
Es importante saber que las personas cambian, en particular los jóvenes y los adolescentes. Ellos buscan su identidad y es por eso que a los padres nos cuestionan.
Por Cristina Jauregui